Estilo sobreprotector

El estilo que denominamos «Sobreprotector» tiene las siguientes Características:

Los padres PIENSAN:

Yo soy totalmente responsable de lo que le pueda ocurrir a mi hijo/a

La vida ya le proporcionará suficientes inconvenientes cuando sea mayor; mientras yo pueda procuraré que disfrute todo lo que sea posible

El niño/a no sabe, no puede…

El niño/a todavía es pequeño/a para…

Si dejo que haga esto solo/a, puede que sufra algún perjuicio…

Me sentiría culpable si algo desagradable le ocurriese

Los padres se SIENTEN:

Excesivamente preocupados y nerviosos cuando el niño/a hace algo sin su ayuda o supervisión

Enfadados cuando el niño/a pide que le permitan tener experiencias propias

Tranquilos cuando ayudan o supervisan al niño/a

Los padres HACEN:

Evitan que realice actividades que consideran arriesgadas, peligrosas o incluso molestas para él/ella

 Dan constantemente consejos acerca de cómo «debe» y «no debe» actuar

 Realizan frecuentes llamadas de atención sobre riesgos o peligros; pretendiendo que, atemorizado/a por estos posibles inconvenientes, no haga o deje de hacer algo que desaprueban

Tienden a dárselo todo hecho al niño/a

 A menudo, castigan verbal y gestualmente los intentos de actuar bajo iniciativa y autonomía personal

Fijan su atención en las imperfecciones y los errores del niño/a; reafirmando así las propias creencias en su inexperiencia e incapacidad para actuar solo/a

 Elogian y animan casi exclusivamente las conductas de búsqueda de apoyo en el educador

El Fundamento de este estilo es el siguiente:

HIPERRESPONSABILIDAD      

Los educadores piensan que el niño es un ser débil, ignorante, inexperto,… a quien hay que proteger, evitando que se exponga a situaciones de riesgo en las que pueda sufrir algún perjuicio.

 Se consideran excesivamente responsables de su desarrollo.

CULPABILIZACIÓN

Al mantener la firme creencia de que tienen la obligación de proporcionar la mayor ayuda posible a los hijos y evitarlos cualquier tipo de problemas, dolor o inconvenientes, se sienten culpables cuando no lo consiguen. 

 Y sus Consecuencias son:

Desarrolla un concepto de sí mismo/a muy deficiente, ya que, al no haber podido poner a prueba su competencia personal, no puede sentirse satisfecho/a de sí

Presenta retrasos en el aprendizaje de habilidades de auto-cuidado personal y otras habilidades sociales

Se desarrolla con miedo a la autonomía, buscando constantemente seguridad en otros

Carece de iniciativa para emprender acciones por cuenta propia. Siempre espera instrucciones

Muestra desinterés y despreocupación por los asuntos que le conciernen, basándose en la experiencia previa